Marcos escuchó las sirenas de los carros del policía. El empezó a correr. Entonces él vio un carro que tenía las llaves en la ignición. La puerta estaba abierta porque el dueño del carro solamente lo dejo por un minuto mientras recogía el pizza de la pizzería. Marcos corrió para el carro, entró y apartó.
El llegó a casa. Manejó hasta que llegó por dentro del garaje. Se bajo del carro y corrió por dentro de la casa. Por fin creía que era seguro. Tenía el diamante y ahora era rico. Podía venderlo y usar el dinero para recoger su familia de los secuestradores.
El recogió el teléfono y le llamó a Fidel Quintana. Quintana contestó y Marco le dijo, “Oye señor yo tengo un diamante que vale un millón de dólares. Ahora yo tengo lo que quieres por eso dame mi familia y tu puedes tener el diamante.” Quintana respondió felizmente, “¡Hay que bueno! Estoy muy orgulloso de ti Marcos. Dame el diamante y nada te pasara a tu familia.” Marcos dijo está bien esta medianoche vamos a encontrarnos al parque cerca de mi casa.
Los dos se lo enganchó. Después Marcos estaba en casa mirando la televisión esperando para la noche cuando alguien golpeo la puerta. Marcos dijo, “¿quién es?”. Un hombre respondió, “Abre la puerta es la policía.” El corazón de Marcos se cayó, pero sabía que tenía que abrir la puerta y actuar como todo estaba bien. No quería que ellos supieran que tenía el diamante.
Marcos la abrió y la policía dijo, “Señor Marcos, tenemos un problema aquí.” Marco le dijo, “¿Acho que es?” La policía entonces explicaba como la madre de su esposa estaba muy preocupada por ella no la ha llamado ni nada. La policía dijo, “¿Donde están tu esposa e hijo?” Marcos dijo, “Yo no sé.” La policía estaba sintiendo muy sospechoso y dijo, “Marcos ven conmigo, Vamos para mi estación para que te haga preguntas.
No comments:
Post a Comment